El negocio bancario es de largo plazo,
de resistencia y no de velocidad;
de calidad y no de cantidad;
de prudencia y no de audacia.
Requiere siempre de solidez financiera;
observa permanentemente los cambios en el entorno
y se anticipa a ellos con agilidad;
de alto desarrollo tecnológico,
de eficiente cobertura nacional e internacional
y altamente creativo.
Pero sobre todas las cosas
es un Negocio de Personas para Personas.